Los delitos ambientales no respetan fronteras. Esta investigación, realizada en conjunto con el Instituto Igarapé, revela cómo el tráfico de vida silvestre, la tala ilegal, la minería ilegal de oro y la tala y quema de tierras se están extendiendo por cinco países: Ecuador, Venezuela, Bolivia, Guyana y Surinam.

Dado que el territorio de estos cinco países representa alrededor del 20 por ciento de la cuenca Amazónica, han perdido en conjunto 10 millones de hectáreas de bosque en las últimas dos décadas, un área equivalente a la de Portugal.

Este informe rastrea la cadena de actores involucrados en el saqueo de la selva, desde la fuerza laboral que cosecha árboles y extrae oro de la tierra, hasta los intermediarios y funcionarios corruptos que lavan los materiales mal habidos. También pone al descubierto los esquemas de tráfico de tierras que son de utilidad para los colonos que invaden los bosques para sembrar palma de aceite y soja, así como para criar ganado, en beneficio de la agroindustria a gran escala.

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Fuente: insightcrime.org